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Fundamentos para una formación en bioética a nivel universitario (página 2)



Partes: 1, 2

 

Aunque el Código de Núremberg (1948)
había tratado por primera vez el tema de la
experimentación en humanos, en los años 60 se
tomó conciencia de que incluso en una sociedad
democrática, la misma investigación biomédica sobre
sujetos humanos planteaba una gran cantidad de problemas que había que encarar
adecuadamente. En 1972 se divulga el llamado "caso
Tuskegee", un estudio hasta entonces secreto, en el que 400
individuos de raza negra habían dejado de ser
tratados
contra la sífilis (a pesar de que ya
existían tratamientos eficaces) con objeto de
estudiar la evolución "natural" de la enfermedad.
El congreso de los EE.UU. establece la "Comisión
Nacional para la Protección de los sujetos humanos
en el campo de las Ciencias
Biomédicas y del Comportamiento". En 1978 esta
Comisión publica el llamado "Informe
Belmont", con directrices para la protección de los
individuos que participen como sujetos de
experimentación en Biomedicina, basados en los
principios
de autonomía, beneficencia y justicia.

 

A partir de 1967, con los primeros trasplantes de
corazón, se plantea el problema de
cómo definir la
muerte clínica. En 1968 la facultad de medicina
de la Universidad de Harvard publica un
artículo donde plantea el nuevo criterio basado en
la  muerte
cerebral.

 

A su vez esto conectaba con algunos dramáticos
casos de coma irreversible, lo que animó el debate
sobre la eutanasia y el "derecho a la propia muerte".
En 1975 Karen Ann Quinlan entra en coma irreversible y
queda en estado
vegetativo persistente. Los padres piden que la desconecten
del respirador artificial para que pueda morir en paz. Tras
una denegación judicial, hay un recurso, en el que
el Tribunal Supremo de Nueva Jersey autoriza la
desconexión sobre la base del "derecho a una muerte
digna y en paz". Se reconocía, por primera vez, que
la propia tecnología de soporte vital planteaba
la cuestión sobre la eticidad o no de mantener en
estado vegetativo a individuos que nunca volverían a
tener una vida consciente.

 

Una de las recomendaciones del Tribunal Supremo que
intervino en el caso Quinlan fue la de que los hospitales
creasen "Comités de Ética" capaces de
enfrentarse a este tipo de conflictos. Surgieron directrices sobre la
reanimación, sobre el empleo o
no de tratamientos costosos para mantener con vida
recién nacidos con graves anomalías, entre
otros conflictos.

 

Uno de los factores principales en la transición
hacia la bioética fue la crisis
del concepto
paternalista de beneficencia médica heredado de la
tradición hipocrática. El médico ya no
puede imponerse al paciente, sino que éste ha de ser
informado, para que pueda ejercer sus irrenunciables
derechos
de autonomía y pueda conceder el consentimiento a
los tratamientos. En 1972 se promulga en EE.UU. la Carta
de los Derechos de los Enfermos. Las necesidades y
preferencias de los pacientes tenían que ser
defendidas con fuerza,
sobre todo ante una poderosa tecnología mirada a
veces con suspicacia, y ante las instituciones.

1.1. Los servicios sanitarios y los avances
genéticos:

La universalización de los servicios sanitarios
en gran parte de los países occidentales ha obligado
a plantearse cómo  financiar y distribuir
equitativamente unos recursos
limitados y, cómo regular el acceso a distintas
tecnologías por parte de los ciudadanos.
¿Cómo se atienden las necesidades
básicas sanitarias de todos los ciudadanos? Pero
¿qué son necesidades básicas?
¿Cómo se diferencia entre lo necesario y lo
accesorio?

En los años recientes, los avances en Genética y
el desarrollo del
Proyecto
Genoma Humano, en conjunción con las tecnologías
reproductivas, amplían aún más el campo de
la Bioética, que obligan a buscar respuestas a retos
nuevos:

 

– cuestiones sobre reproducción humana asistida.
Estatuto ético del embrión y del feto.
¿Existe un derecho individual a procrear?

 

– sondeos genéticos y sus posibles aplicaciones
discriminatorias: derechos a la intimidad genética y
a no saber predisposiciones a enfermedades incurables

 

– modificación genética de la línea
germinal: ¿Es moral
"mejorar" la naturaleza
humana?

 

clonación y el concepto de
singularidad individual; derechos a no ser producto
del diseño de otros.

 

– cuestiones derivadas de la mercantilización de
la vida (p. ej., patentes biotecnológicas)

El desarrollo de la bioética fue en sus primeros
años un fenómeno casi exclusivamente americano.
Daniel Callahan, fundador del Hastings Center ha resumido (1993)
los factores que contribuyeron a la aceptación de los
estudios bioéticos en los EE.UU:

 

– Aunque algunos de los más importantes
bioeticistas eran teólogos o creyentes, enseguida
los análisis dejaron de lado a la
religión, para centrarse en una
bioética laica que pudiera ser operativa en un mundo
pluralista. El discurso
bioético se sustentaba principalmente en los
derechos cívicos, en el pluralismo ideológico
se buscaba un consenso y unas estrategias ante esa diversidad
cultural.

 

– Ello supuso que la bioética americana hablara
un lenguaje
de "regulaciones" y "directrices" capaz de enfrentarse a
temas complejos. No se trataba tanto de buscar una
fundamentación común, sino que partiendo de
distintas tradiciones, se llegara a consensos sobre temas
concretos, conforme estos se iban planteando. Esto se ha
reflejado en Comités de revisión
institucionales, en Comisiones asesoras al Presidente o al
Congreso.

 

– La bioética americana conectó muy bien
con la ola de liberalismo político dominante en las
elites educadas, que reconocían como propio el
lenguaje de derechos y libertades individuales en una
economía de mercado.

Marco
Teórico

De Raíz griega ???? (bíos): vida y
???? (ethos): ética,
disciplina
académica que a manera de puente entre las ciencias de la
vida y los valores
éticos, quiere salvar del naufragio al hombre y el
medio ambiente
seriamente amenazados. Podemos decir de manera gráfica y
para conocer su respectiva participación, que el padre de
la bioética fue Potter, quién nos legó esa
palabra, propone el diálogo
interdisciplinario entre la cultura
científica y la cultura humanista. Y la madre fue la
Universidad de Georgetown de Washington en USA, quien nos
legó, al continuar de manera grafica, el óvulo es
el Kennedy Institute of Ethics, el útero es la universidad
y el partero es el médico gineco-obstetra holandés
André Hellegers, quien vinculó la Bioética a
la universidad, fundó el primer centro que
relacionó ciencia con
ética, vinculó la ética a la vida, al Medio
Ambiente y a
la medicina.

Merece una atención especial las enseñanzas del
mismo Potter quien en su escrito Bioethics, the science of
survival, biology and medicine
, vol. 14 No. 1 (Autum 1970),
págs. 122-124 nos dice: "lo que ahora debemos enfrentar es
que la ética humana no puede ser separada de un
entendimiento realista de la ecología en el
sentido más amplio de la palabra. Los valores
éticos no pueden separarse de los hechos
biológicos. Tenemos una gran necesidad de una ética
de la tierra, de
una ética de la vida salvaje, de una ética de la
población, de una ética del consumo, de
una ética urbana, de una ética internacional, y
demás. La humanidad tiene la necesidad urgente de una
nueva sabiduría que provea el –conocimiento
de cómo usar el
conocimiento- para la supervivencia del hombre y para el
mejoramiento de la calidad de
vida. Este concepto de la sabiduría como una
guía para la acción,
podría ser llamado –la ciencia de
la supervivencia-". Potter se propone desarrollar la
ciencia de la supervivencia, y ella debe empezar con un
nuevo tipo de ética: Bioética. La nueva
ética podría ser llamada ética
interdisciplinaria.
Para incluir tanto a las ciencias como a
las humanidades. En su mente y escritos Potter no reduce la
bioética al horizonte de la medicina, ni de ninguna otra
ciencia, sino que nace como una obsesión por la
supervivencia de la Vida y del Medio Ambiente.

Los cuatro
principios de la bioética

Pretenden dar contenido al esbozo moral que supone la
declaración del valor y
dignidad de la
persona
(Beauchamp & Childress 1999).

  • a. Principio de no maleficencia:

Este principio ya se formuló en la medicina
hipocrática: Primum non nocere, es decir, ante
todo, no hacer daño al
paciente. Se trata de respetar la integridad física y
psicológica de la vida humana. Es relevante ante el avance
de la ciencia y la tecnología, porque muchas técnicas
pueden acarrear daños o riesgos. En la
evaluación del equilibrio
entre daños-beneficios, se puede cometer la falacia de
creer que ambas magnitudes son equivalentes o reducibles a
análisis cuantitativo. Un ejemplo actual sería
evaluar el posible daño que pudieran ocasionar organismos
genéticamente manipulados, o el intento de una terapia
génica que acarreara consecuencias negativas para el
individuo.

  • b. Principio de beneficencia:

Se trata de la obligación de hacer el bien. Es otro de
los principios clásicos hipocráticos. El problema
es que hasta hace poco, el médico podía imponer su
propia manera de hacer el bien sin contar con el consentimiento
del paciente (modelo
paternalista de relación médico-paciente). Por lo
tanto, actualmente este principio viene matizado por el respeto a la
autonomía del paciente, a sus valores, cosmovisiones y
deseos. No es lícito imponer a otro nuestra propia idea
del bien.

Este principio positivo de beneficencia no es tan fuerte como
el negativo de evitar hacer daño. No se puede buscar hacer
un bien a costa de originar daños: por ejemplo, el "bien"
de la experimentación en humanos (para hacer avanzar la
medicina) no se puede hacer sin contar con el consentimiento de
los sujetos, y menos sometiéndolos a riesgos desmedidos o
infligiéndoles daños. Como dice Hans Jonas (1997
edición
española), aunque la humanidad tiene un interés en
el avance de la ciencia, nadie puede imponer a otros que se
sacrifiquen para tal fin. De esta manera, el principio de
beneficencia apoya el concepto de innovar y experimentar para
lograr beneficios futuros para la humanidad, y el de ayudar a
otros (especialmente a los más desprotegidos) a alcanzar
mayores cotas de bienestar, salud, cultura, etc.,
según sus propios intereses y valores.

También se puede usar este principio (junto con el de
justicia) para reforzar la obligación moral de transferir
tecnologías a países desfavorecidos con objeto de
salvar vidas humanas y satisfacer sus necesidades
básicas.

  • c. Principio de autonomía o de libertad de
    decisión:

Se puede definir como la obligación de respetar los
valores y opciones personales de cada individuo en aquellas
decisiones básicas que le atañen vitalmente. Supone
el derecho incluso a equivocarse a la hora de hacer uno mismo su
propia elección. De aquí se deriva el
consentimiento libre e informado de la ética
médica actual.

  • d. Principio de justicia:

Consiste en el reparto equitativo de cargas y beneficios en el
ámbito del bienestar vital, para evitar la discriminación en el acceso a los recursos
sanitarios. Este principio impone límites al
de autonomía, ya que pretende que la autonomía de
cada individuo no atente a la vida, libertad y
demás derechos básicos de las otras personas.

Se pueden plantear conflictos no sólo entre miembros
coetáneos de un mismo país, sino entre miembros de
países diferentes (p. ej., acceso desigual a recursos
naturales básicos), e incluso se habla de justicia
para con las generaciones futuras.

Nuestra cultura ha sido más sensible al principio de
autonomía, a costa del principio de justicia, pero es
posible que la misma crisis ecológica nos obligue a
cambiar este énfasis. La justicia e igualdad de
los derechos de los seres humanos actuales y la
preservación de condiciones viables y sostenibles para las
generaciones futuras pueden hacer aconsejable, e incluso
obligatoria, una cierta limitación del principio de
autonomía, sobre todo en una sociedad de mercado que
espolea el deseo desmedido de nuevos servicios y bienes, y en
la que el individuo atomizado reclama ilimitadamente "derechos"
de modo narcisista (H. Jonas: El principio de
responsabilidad
).

Los países industrializados, con menos población
que los países pobres, contaminan más y derrochan
más recursos. Las sociedades
opulentas deberían bajar del pedestal la autonomía
desmedida que va en detrimento del desarrollo justo y viable para
todos.

Fundamentación de la
propuesta

Como algo vital para la humanidad, en el año 2005, se
dio a conocer la Declaración Universal sobre
Bioética y Derechos Humanos
(4). Es así que en el artículo 23, parágrafo
1 habla sobre Educación,
formación e información en materia de
Bioética y se dice que "para ver los principios
enunciados en la presente Declaración y entender mejor los
problemas planteados en el plano de la ética por los
adelantos de la ciencia y la tecnología, en particular
para los jóvenes, los Estados deberían esforzarse
no sólo por fomentar la educación y
formación relativas a la Bioética en todos los
planos, sino también por estimular los programas de
información y difusión de conocimientos sobre la
Bioética
".

De ahí que todas las universidades estén
convocadas al conocimiento, difusión y aplicación
de los significados de la Declaración, y la Universidad
San Buenaventura Cartagena no es indiferente al compromiso social
de la difusión de la Bioética. Cabe destacar que la
Bioética es secular en el sentido que no es confesional,
no se inspira en una religión o filosofía determinada, ante todo se
fundamenta en los Derechos Humanos, la Bioética no entra
en contradicción con ningún credo religioso,
pero es un problema el hecho de que no se practiquen o no se
tenga un grado de responsabilidad sobre el cuidado y respeto por la
vida en todas sus manifestaciones.

Justificación de la
propuesta

La bioética es el resultado de la convergencia de una
serie de factores, que han sacado a flote conflictos al interior
de las costumbres morales, así como dentro de la
legislación. Entre tales factores se pueden mencionar
tanto los avances tecnocientíficos, como la
mercantilización dentro de los sistemas de salud
y el impacto de la masificación de productos
contaminantes de la sociedad de consumo. Todos ellos han generado
retos importantes tanto para quienes se desempeñan en
la
investigación, el personal
sanitario, incluido el cuerpo médico y el administrativo,
como para quienes deben generar políticas
en todos estos campos, así como para los mismos
beneficiarios de estos servicios. Más aún, de parte
de la sociedad civil ya
comienzan a ser significativos los problemas vinculados con los
conflictos de juicios respecto de los ámbitos
señalados. El carácter propio de la sociedad
democrática implica la participación de los
ciudadanos en sistemas de salud que han nacido en su seno. De
allí que la prensa tome en
cuenta entre los temas noticiosos algunos de los relacionados con
problemas generados por el mundo tecnocientífico, los
sistemas de salud o la cuestión ambiental.

La Universidad de San Buenaventura Cartagena no está
ausente de un diálogo necesario sobre lo anterior debido a
que la
globalización ha traído consigo una
discusión que debe sobrepasar una opinión de parte
únicamente del personal técnico, y se eleve a un
conocimiento basado en la reflexión colectiva que ilumine
las directrices políticas y administrativas, así
como las decisiones sociales en los momentos en que los
conflictos de valores afloren.

Así entonces la bioética se justifica desde la
reflexión sistemática acerca de todas las
intervenciones del hombre sobre los seres vivos; una
reflexión que tiene un objetivo
específico: el de identificar valores y normas que
guíen el actuar humano, la intervención de la
ciencia y de la tecnología en la vida misma y en la
biosfera. En
consecuencia, en el desarrollo de sus funciones de
investigación, de enseñanza, de proyección social y
bienestar institucional la Universidad de San Buenaventura
Cartagena "busca que sus directivos, profesores, estudiantes y
todo el personal de la institución, vivencien valores
estéticos, sociales, éticos y religiosos.
Así mismo considera indispensable el estudio y la
búsqueda de propuestas de solución a la
problemática de la sociedad, con miras a la promoción integral del hombre colombiano y
reafirma la primacía de la persona en la
organización de la sociedad y el Estado"
(Proyecto Educativo Bonaventuriano).

Problemas
actuales para debatir al interior de la
Universidad

En el interior de la Universidad es fundamental la socialización y debate de los problemas
éticos generados por la ciencia y la técnica.
Consideramos algunos hechos relevantes de carácter
negativo ya que atentan contra la vida y el medio ambiente:

  • Se han tecnificado los momentos cruciales de la vida:
    concepción y muerte

  • Los servicios de salud se tornan cada vez más
    científicos, técnicos y costosos, lo cual hace
    que se vuelvan deshumanizantes, que sufra la relación
    médico-paciente y que los mismos pacientes se vean en
    parte manipulados y no se tenga suficientemente en cuenta su
    consentimiento.

  • En el pasado siglo se duplicó y triplicó la
    vida pero también hubo muchas muertes como en
    ningún otro siglo de la historia.

  • Tecnificación de los cuidados de la vida:
    procreación artificial, inseminación
    artificial, transplantes. Tecnificación de la muerte:
    cuidados intensivos, eutanasia, suicidio asistido,
    distanasia.

  • El hábitat se ha deteriorado en la ciudad y
    aún en el campo: erosión, polución del
    aire, aguas contaminadas, ruido excesivo.

  • La vida ha sido torturada y asesinada: caso de los campos
    de concentración como el de Auschwitz, donde se dieron
    además torturas, investigación y
    experimentación en humanos. El caso también de
    la cárcel de Guantánamo en donde los
    prisioneros eran torturados y sometidos a prácticas
    denigrantes rechazadas por gran parte de la humanidad.

  • Manipulación genética de los alimentos para
    producir biocombustibles lo cual encarece el precio de
    alimentos básicos de la canasta familiar y empobrece
    aún más a la población de escasos
    recursos.

  • El hecho especial que hizo necesaria la bioética y
    es la poca preparación de profesionales, legisladores,
    gobernantes y eticistas para plantear y resolver los nuevos y
    múltiples problemas planteados a la sociedad, a las
    instituciones y a los estados por parte de la
    biotecnología.

Conclusiones

Es fundamental el estudio y difusión de la
Bioética en la mayor medida posible y no suscribirla
exclusivamente a los médicos o agentes de la salud ya que
lo que se busca es que la sociedad en general conozca los
peligros a los que está expuesta si no se manejan
responsablemente los avances científico-técnicos de
manipulación de la vida.

Es tal la preocupación por el manejo irresponsable del
ser humano en preservar el medio ambiente y el equilibrio social
que la Bioética es propuesta en muchas universidades e
institutos donde ven con preocupación el futuro de la vida
humana y ambiental.

Según el estudioso del tema, Alfonso Llano Escobar,
todos los comentaristas de la Bioética están de
acuerdo en subrayar que ni el bioquímico Potter ni el
Kennedy Institute of Ethics de la universidad de Georgetown son
suficientes para explicar el desarrollo extraordinario de la
Bioética por todo el mundo en más de treinta
años. Potter y el Kennedy Institute colocaron en
acción el dinamismo de personas e instituciones que
respondieran en forma masiva e inmediata en diversas partes del
mundo. Se debe mencionar que el país que ostenta un
indiscutible liderazgo en
la bioética es el de los Estados Unidos,
por sus investigaciones
de punta y avances de la ciencia y de la medicina, por los
recursos
humanos y económicos que han contribuido al nacimiento
y desarrollo de la bioética en dicho país.

El desarrollo de la bioética ha sido tan vertiginoso e
imparable a nivel mundial, prueba de ello es que ya funcionan
más de 500 centros o institutos de bioética,
alrededor de 250 revistas especializadas, ya ha parecido dos
ediciones de la Enciclopedia Bioética, la primera en 1978
y la segunda en 1995 ambas editadas por Warren Reich del Kennedy
Institute of Ethics. Existe también una Asociación
Mundial de Bioética, fundada en la Universidad de Monash,
Victoria (Australia), la cual organiza congresos mundiales, el
primero fue celebrado en Ámsterdam, el segundo en Buenos Aires, el
tercero en San Francisco, California, el cuarto en Tokio y el
último en Londres.

No debemos perder de vista que para entender el
espíritu de la Bioética, tanto el profesor
Potter, como el Kennedy Institute of Ethics, se mueven dentro del
ámbito universitario. El primero en la Universidad de
Winsconsin y el segundo en la Universidad de Georgetown. Merece
también una especial mención en el nacimiento y
desarrollo de la Bioética la
personalidad del profesor Daniel Callahan fundador y alma del
Hasting Center of Hudson, de Nueva York, este profesor con su
artículo "Bioethics as a discipline" influyó en el
conocimiento y desarrollo de este estudio. Otro centro el primero
en Europa, el
llamado Instituto Borja de Bioética, fue fundado por el
médico jesuita Francesc Abel, quien hizo sus estudios de
doctorado en medicina, desde el 71 al 75, bajo la dirección del médico holandés
André Hellegers, primer director del Kennedy Institute of
Ethics. Le sigue en fecha de nacimiento el centro de
bioética del Instituto de investigaciones clínicas
de Montreal en Canadá, fundado por David Roy, siguieron a
esos otros muchos en USA, Canadá, Europa y el resto del
mundo.

EL VALOR DE LA VIDA HUMANA

El respeto a la vida humana es uno de los ejes primario en
torno a los
cuales se ha desarrollado la conciencia ética de la
humanidad. Dentro de la tradición Occidental marcada por
el cristianismo y
los Derechos Humanos, el imperativo "No matarás" expresa
sintéticamente y el valor de la vida del hombre. Aunque en
formulación negativa el quinto precepto del
decálogo constituye una expresión básica del
ethos humano. Sin embargo, a pesar de esta conciencia
ética de la humanidad, es preciso constatar dos
hechos:

a) el oscurecimiento del valor de la vida. El ser humano no ha
logrado desterrar de su horizonte la muerte como realidad
impuesta y manipulada por el hombre
mismo. Son de todos conocidas las agresiones a la vida humana
como suicidio,
aborto,
eutanasia,
guerras, entre
otras agresiones que se hacen contra la vida.

b) la conciencia moral frente al valor de la vida humana
denota una notable ambigüedad. Por una parte se afirma el
valor de la vida, por otra, de hecho la vida humana no es
inviolable. No se puede negar que la moral
tradicional ha subrayado con notable énfasis el valor de
la vida humana, pero al mismo tiempo llama
la atención el constatar cómo admite numerosas
excepciones al principio general de la inviolabilidad de la
vida.

EL VALOR Y PRESERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE:

Es un hecho notable cómo a través de las
guerras, el uso de gases
contaminantes y demás está afectando el buen
funcionamiento del ecosistema,
además de esto se le suma también la tala
indiscriminada de árboles
y el arrojo de basuras a lugares indebidos muestran cómo
la naturaleza
está en destrucción, pero a todo esto hay una
disciplina que se le da el nombre de Bioética que quiere
darle el fundamento al cuidado y preservación del medio
ambiente y del mundo en que vivimos por eso es fundamental para
la Universidad de San Buenaventura Cartagena trabajar en todos
los programas la asignatura de Bioética para que sus
estudiantes sean formados en un espíritu humanista donde
la ciencia y la técnica esté al servicio de la
vida y de los valores fundamentales del ser humano.

Bibliografía
completa

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UNESCO. Declaración Universal sobre Bioética y
Derechos Humanos, 19 de Octubre de 2005, artículo 23,
parágrafo 1.

Notas marginales:

(1) Teólogo Universidad Javeriana, Especialista en
Familia
Universidad Simón Bolívar,
(C)Magister en Educación, Universidad de Cartagena,
Docente investigador Universidad de San Buenaventura Cartagena,
Integrante grupo de
investigación Rueca Universidad de Cartagena. Email:
rodgar1108[arroba]yahoo.com

(2) Filósofo Universidad de Cartagena, Licenciado en
Ciencias Religiosas Universidad Javeriana, (C)Magister en
Educación Universidad de Cartagena, Docente
Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco
Cartagena, Integrante grupo de investigación Rueca
Universidad de Cartagena. Email:

(3) La hemodiálisis es un método
para eliminar de la sangre residuos
como potasio y urea, así como agua en exceso
cuando los riñones son incapaces de esto (es decir cuando
hay una falla renal). Es una forma de diálisis renal y es
por lo tanto una terapia de reemplazo renal. La
hemodiálisis se hace normalmente en una instalación
dedicada, un cuarto especial en un hospital o en una
clínica con enfermeras y técnicos especializados en
hemodiálisis. Aunque menos típico, la
diálisis también se puede hacer en la casa de un
paciente como hemodiálisis domiciliaria.

(4) La Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura, -UNESCO-
aprobó por aclamación en la 33ª sesión
del 19 de Octubre de 2005, la Declaración Universal sobre
Bioética y Derechos Humanos, que debe ser para el
conocimiento, estudio y aplicación en los programas de
formación médica, pero lo interesante y fundamental
de la propuesta es que se trabaje de manera transversal en todos
los programas como un legado de la Bioética social
iniciada por V.R. Potter.

 

 

 

Autor:

Rodrigo Hernán García Alarcón
(1)

José Luis Narváez Lozano
(2)

Partes: 1, 2
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